Ello en el marco general de discusión del COnsejo del Salario que presenta, luego de muchísimos años, una propuesta unificada entre la macrocentral obrera peronista y la CTA. Tal propuesta implica definidamente profundizar aquello que Néstor Kirchner reclamaba para el período 2011-2015, esto es el reparto de las riquezas fifty-fifty. A pesar de que algunos compañeros y incluso alguna compañera conductora supone que estamos bastante cerca de ello, lo concreto es que aun corresponde hacer demasiado para llegar a ello.
Genera, sin embargo, cierta extrañesa, la escasa defensa que sectores del campo nacional han hecho de la conducción actual de la CGT. Parece que en sus coranzoncitos se alberga cierto virus adormecido de antiperonismo.
Desde aquí les recordamos, sobre todo a aquellos progresistas que les gusta habla mucho de la batalla cultural pero que no se ponen las pilas para ir a fondo en la discusión material, que el actual Secretario General de la CGT, es el mismo tipo que estuvo con sus más y sus menos, en las calles en la época en que se rifaba el país y cuando los derechos de los trabajadores se vendían a precio de tarjetazo.
Por estas razones y por la lealtad compañera, allá por el 2008 cuando quisieron voltear al gobierno, es que se hace necesario salir a defender sin ambagues a Hugo Moyano, de la misma manera que bancamos a todos aquellos sectores que han sido víctimas de la presión de las corporaciones, ya sean que vengan del campo de los derechos huamnos, que integren la Corte o formen parte de los movimientos sociales. La mentada profundización del modelo debe tener como objetivo primario la aprticipación de los trabajadores en las ganancias y por ley, no por convenio particular, carajo.
