Linea Nacional

domingo, 13 de febrero de 2011

Torneo Clausura Nestor Kirchner

los adulones peronistas terminaban por alterar lo que quedaba de la toponimia auténtica con una lamentable y egolátrica emulación. De la época es el cuento del paisano que en la esquina de Mitre y Pavón, en Avellaneda, le pregunta al vigilante por la calle Mitre.
-“¡Cómo Mitre...! ¡Eva Perón... y es esta!”, le señala el policía.
-“Disculpe... ¿Y Pavón cuál es?”
-“¡Cómo Pavón! ¡Juan Perón...!, lo reta el vigilante.
-“No sabía...” –explica el paisano-. “Como soy del Chaco...”
-“¡Qué Chaco... Provincia Perón!” –le grita ya irritado el vigilante.
El paisano, intimidado, camina pocos metros en dirección a Buenos Aires. Está ahora, sobre el Riachuelo, en el puente y se recuesta a la baranda, pensativo y perplejo.
Se le acerca un marinero y le pregunta:
-“¿Qué está haciendo, paisano?”
El paisano, prudente y avivado ya, le contesta:
-“Estoy mirando el Peronchuelo, señor...”



La verdad compañeros que hay que bajar un cambio con los homenajes. Sobre todo cuando los mismos vienen desde sectores que poco tienen en común con la búsqueda de un país justo y terminan rayando en una obsecuencia innecesaria para el momento político que estamos viviendo.Claro ejemplo es haberle puesto al torneo clausura el nombre de Néstor Kirchner ¿o acaso alguien piensa que Grondona le cabía cierto respeto por Néstor?
¿Acaso  Dios ya tuvo un torneo con su apellido terrenal?
Con esto no quiero decir que esté mal homenajear al compañero como lo hacen desde una gran calidad estética desde el trabajo de los artistas militantes como en GAP. Simplemente evitemos terminar por formar parte del paisaje que impida ver lo real de la batalla con los poderes concentrados. No sea que creamos que tenemos la vaca atada y aún no queda mucho laburo para hacer para lograr la tan mentada profundización del modelo para tener el pais soñado.

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