Linea Nacional

jueves, 27 de octubre de 2011

Néstor

Hoy me quiero acordar del dolor y la congoja. De las tripas enredadas en la garganta de aquél feriado esperando al censista. Me quiero acordar de las lágrimas que nos sacaste y decirte gracias por todo.
Gracias hermano. Porque cuando miramos para atras , cuando podemos detenernos un rato después de todo el laburo que con amor desarrollamos en este tiempo, lo contingente deja de inundarnos y da paso a lo titánico de este proceso. No voy a reiterar todos los logros que te debemos porque muchos compañeros ya lo han hecho y de un modo mejor, el domingo pasado quedó claro que esta causa que sostenemos se ha hecho carne en el pueblo.
Lo que si voy a decirte es que el agradecimiento es eterno, que el compromiso esta sellado y que el camino se va a desandar cueste lo cueste. Estate tranquilo, que nos dejaste en manos de una conductora que va a trascender y a ella la dejaste en manos de un pueblo que la va a bancar para terminar de hacer real el sueño de la patria grande, libre, justa y soberana.
Simplemente Gracias Néstor por reconciliar al movimiento con la vía de la patria. En unas horas marcharemos a recordarte abrazándonos con todos los compañeros y lo haremos con algunas lágrimas, pero fundamentelmente con muchas sonrisas y con la alegría de sabernos cobijados por un pueblo que con el corazón ya te hizo suyo.

martes, 11 de octubre de 2011

Poniendo el corazón

La derrota siempre es inesperada para los esperanzados que buscan los cambios. Se hace tortuoso dar los primeros pasos cuando sabemos que la meta se nos ha vuelto a alejar. Este domingo el trabajo no alcanzó, reitero, el trabajo no alcanzó. Tuvimos ciertas fallas para comunicar todos nuestros proyectos y los planes de ejecución, hasta cierto microclima que no nos dejó ver el campo entero de la realidad. No obstante eso no nos debe mover un ápice en la conciencia de saber que nuestro proyecto, el proyecto del peronismo de Resistencia, es claramente superador de la cosmética anaranjada que no tuvo empacho en comprar las paredes de la miseria.
Cabe reconocer que los adversarios de turno supieron utilizar todas las herramientas para conservarse: escondieron escudo y bandera, escondieron a los impresentables de siempre y buscaron aparecer ligados al gobernador y la presidenta, instrumentaron las herramientas necesarias para confundir desde sus mensajes a muchos desprevenidos. He ahí sus logros. Hay que reconocerlos y tenerlos presentes de cara al futuro para no repetir errores. También ahí cabe señalarles sus errores a aquellos conductores que se empecinaron en bajar un mensaje confuso a la militancia y sobre todo a los votantes.
No obstante, la tristeza y las lágrimas que compañeros y compañeras derramaron este domingo nos deben convencer que la senda caminada es la correcta. En la década pasada, las clases dominentes, extasiadas en el pensamiento único reposaban tranquilas en un banquete pantangruélico suponiendo que la dignidad irredenta del peronismo se había domesticado. Razones no les faltaban, nuestros dirigentes se regodeaban en abrazos con los fusiladores, ponían el gancho -espuriamente- para dejar al olvido decretado, vendían a precio vil la riqueza de la nación y se sentaban a conducir los programas televisivos de los eternos enemigos de la patria. Mientras, aquellos que no olvidaban la dignidad de las banderas mansilladas salían a las calles -ignorados por al telepolítica- para decir que el mercado nos estaba pulverizando material y moralmente. Esa memoria que los cuerpos descamisados que resistían a la traición permitió que desde el 2003 el peronismo alumbre otra esperanza y se reconcilie con el sueño de la patria.
En nuestro pago chico sufríamos la humillación del gran soberbio, que a tono con los traidores, vendía a precio vil millones de hectáreas de nuestra tierra, al mismo tiempo que imponía hacia el interior de una sociedad que se empobrecía a cada paso, la humillación de tener que postrarse para recibir la dádiva del gran benefactor o les dejaba las luces prendidas por toda la noche para que los hambrientos del interior del interior no puedan siquiera descansar cuando se acercaban a la capital,con aires de moderna y europea, a reclamar por lo suyo y los suyos. Esos mismos señores arrodillaban la justicia para que en esta tierra nadie sepa, nadie escuche y nadie vea. Los cómplices para esa tarea estaban prestos, desde las editoriales semanales pontificaban sobre realidades que solo el dinero de la pauta podría crear. Esos mismos son quienes se niegan a que los cambios necesarios se produzcan, son los guardianes de los salones con ilustres apellidos de asesinos de gauchos, indios y hermanos paraguayos. A esos que parece que muchos, hasta el día de hoy les tienen miedo cuando bajan la pluma y se escudan en falsos consensos que no contemplan la voz de los vencidos.
Al mismo tiempo nos encontrabamos sin una brújula que nos marque el norte, con un partido fragmentado luego de la muerte de sus mayores conductores. El partido ni luz tenía si no fuera por las artes non sanctas del Gallego para colgarse del cable. En ese contexto emergió la figura de un militante que supo poner la cara por los humildes, que los organizó. Ese es el pecado que unos y otros no le perdonan. Los unos porque se sienten cómodos con los sillones del peronismo domesticado, como el tigre viejo de la canción de Moris, porque creen -los necios-  que la imagen es lo importante y no las personas. los otros porque les da pena los pobres, son esos que se golpean el pecho diciendo "pobrecitos los pobres" y van a comulgar, pero que les entra un estado de pánico y rencor cuando los pobres se organizan, porque a los pabres hay que darles caridad y no justicia.
Y el peronismo ha hecho eso en todos estos años de la mano de un joven militante, que por doctrinario sabe que la organización vence al tiempo. Por esas razaones, porque no nos averguenzan los periféricos y desclasados, porque sentimos en nosotros las humillaciones de quienes sufren un estado de cosas que es sumamente injusto, es que seguiremos batallando día a día para logar la felicidad de ese pueblo, sabiendo que el camino es largo, como el Paraná, con sus tramos remansos y sus remolinos intempestuosos. Por esa razón seguiremos orgullosos del peronismo de Resistencia y bancaremos a sus conductores. Así de simple.

jueves, 6 de octubre de 2011

La sentencia Justa

Hoy el TOF 1 de Mendoza condenó al ex comisario Eduardo Smaha, el ex policía Celustiano Lucero, el policía Alberto Rodríguez Vázquez;  el ex comisario general Juan Agustín Oyarzábal y a Dardo Migno respinsables, entre muchos otros casos de abuso, tortura, secuestros y asesinatos, de la muerte del poeta de la palabra justa: Paco Urondo.




Si ustedes lo permiten,
prefiero seguir viviendo.

Después de todo y de pensarlo bien, no tengo
motivos para quejarme o protestar:

siempre he vivido en la gloria: nada
importante me ha faltado.

Es cierto que nunca quise imposibles; enamorado
de las cosas de este mundo con inconsciencia y dolor
y miedo y apremio.

Muy de cerca he conocido la imperdonable alegría; tuve
sueños espantosos y buenos amores, ligeros y culpables.

Me averguenza verme cubierto de pretensiones; una gallina torpe,
melancólica, débil, poco interesante,

un abanico de plumas que el viento desprecia,
caminito que el tiempo ha borrado.

Los impulsos mordieron mi juventud y ahora, sin
darme cuenta, voy iniciando
una madurez equilibrada, capaz de enloquecer a
cualquiera o aburrir de golpe.

Mis errores han sido olvidados definitivamente; mi
memoria ha muerto y se queja
con otros dioses varados en el sueño y los malos sentimientos.

El perecedero, el sucio, el futuro, supo acobardarme,
pero lo he derrotado
para siempre; sé que futuro y memoria se vengarán algun día.
Pasaré desapercibido, con falsa humildad, como la
Cenicienta, aunque algunos

me recuerden con cariño o descubran mi zapatito
y también vayan muriendo.

No descarto la posibilidad
de la fama y del dinero; las bajas pasiones y la inclemencia.

La crueldad no me asusta y siempre viví deslumbrado
por el puro alcohol, el libro bien escrito, la carne perfecta.

Suelo confiar en mis fuerzas y en mi salud
y en mi destino y en la buena suerte:

sé que llegaré a ver la revolución, el salto temido
y acariciado, golpeando a la puerta de nuestra desidia.

Estoy seguro de llegar a vivir en el corazón de una palabra;
compartir este calor, esta fatalidad que quieta no
sirve y se corrompe.

Puedo hablar y escuchar la luz
y el color de la piel amada y enemiga y cercana.

Tocar el sueño y la impureza,
nacer con cada temblor gastado en la huida

Tropiezos heridos de muerte;
esperanza y dolor y cansancio y ganas.

Estar hablando, sostener
esta victoria, este puño; saludar, despedirme

Sin jactancias puedo decir
que la vida es lo mejor que conozco.

miércoles, 5 de octubre de 2011

A mi me gusta Gustavo

Este Domingo a votar con el corazón y la cabeza puestos en la transformación necesaria de nuestra ciudad. A votar a la lista 652 del Frente Chaco Merece Más, para poner a Resistencia en sintonía con la provincia conducida al desarrollo por Coqui y con la nación de la mano de Cristina. Así de simple.